Los miserables
Puede sonar fuerte llamar miserable a alguien pero más fuerte y chocante es ver lo que ha hecho. Los miserables no son más que los políticos tradicionales pero no todos, sino los malos políticos tradicionales, los politicuhos. Todos aquellos que a lo largo de la historia no han hecho más que anteponer sus intereses personales sobre los del país.
En este punto radica el problema. Si eres un político es que aceptas anteponer los intereses nacionales a los tuyos. Un político en teoría debería ser casi un mártir, un héroe que "sacrifica su vida" para que los demás vivan mejor. Lamentablemente no pasa eso. La gran mayoría de los que se llaman políticos solo quieren poder y lo que este trae consigo: dinero, status y la ilusión de controlar todo.
Lo terrible es que su ambición no ha hecho más que desilusionar a una nación entera. Nos llenaron de promesas para llegar a donde están y una vez en el poder no hacen más que robar, mentir descaradamente y no honrar su compromiso con la nación.
Hace poco estuve presente en unos focus y pude comprobar que estos miserables han provocado un nivel de desilusión altísimo en la gente. Son una barrera para crecer como país porque creemos que nuestros esfuerzos para cambiar al Perú van a ser en vano mientras ellos estén en el poder. No queda más que resignarnos a elegir al que robe menos o al que ponga un peaje más barato por una pista de 500 metros.
Según la RAE los miserables son aquellos que padecen de gran pobreza. Pues estos miserables tienen un nivel de pobreza extrema en lo moral. Por estos miserables no hay que sentir pena sino desprecio por lo que son y representan.
Lo bueno es que hay (pocos pero los hay) políticos reales, buenos y comprometidos con el país. Personas preparadas para servir que cuentan con buenas ideas para mejorar lo que por años ha quedado pendiente en el Perú. A ellos hay que buscarlos, seguirlos y apoyarlos, pero primero hay que encontrarlos. Separemos el trigo de la paja.